Han pasado diez meses desde la publicación de la Ley Karin (Ley 21.643), y con ello, las empresas han debido adaptarse a nuevas exigencias para prevenir y abordar situaciones de acoso y violencia en el trabajo. Sin embargo, más allá del cumplimiento normativo, la verdadera clave está en la prevención.
En nuestra experiencia, uno de los mayores desafíos es detectar a tiempo cualquier señal de conflicto antes de que escale hasta una denuncia. La prevención no solo evita riesgos legales, sino que también fortalece la cultura organizacional y protege el bienestar de los equipos.
Aquí es donde el coaching y el acompañamiento laboral pueden marcar la diferencia. Fomentar espacios de comunicación efectiva y brindar apoyo a las personas ayuda a reducir tensiones y mejorar las relaciones laborales. Además, incluir formación en coaching y acompañamiento dentro de los programas de liderazgo permite que los líderes desarrollen herramientas para gestionar mejor sus equipos y prevenir conflictos antes de que se conviertan en problemas mayores.
La pregunta es: ¿estamos solo reaccionando ante la ley o realmente estamos promoviendo una cultura preventiva en nuestras empresas?


